La Dirección General de Personal (DGP) de la Universidad de la República (Udelar) emitió el Comunicado N°10, referente a la relevancia de la formación permanente del funcionariado Técnico, Administrativo y de Servicios (TAS). El texto señala que “es imprescindible que los equipos de conducción promuevan activamente la participación de los/as funcionarios/as en las instancias formativas e identifiquen caminos para facilitar su concurrencia”, así como “contemplar la posibilidad de asistir a actividades de formación dentro del horario laboral”.
Según explicaron Tommy Wittke, coordinador de la Unidad Académica de la Escuela de Gobierno (EdeG), y Claudia Perrone, directora general de DGP, este comunicado es de carácter recordatorio, y remite a una resolución, vigente desde 2018, que permite a las y los funcionarios TAS asistir a instancias de formación durante su horario laboral, del mismo modo como ocurre en el marco del Programa de Culminación de Estudios Secundarios (PROCES). Pero, más allá de la formalidad administrativa, la intención es reafirmar una política estratégica que establece el desarrollo profesional del funcionariado como un motor de mejora institucional.
“Una de las funciones fundamentales de quienes tienen equipos de trabajo a cargo es formar a sus equipos. A veces, la consigna cotidiana es que el trabajo salga a tiempo, en dar buena respuesta, pero se deja para atrás la formación de los integrantes del equipo”, mencionó la directora de DGP, Claudia Perrone.
Si bien explicaron que la participación en actividades formativas durante el horario de trabajo puede generar tensiones, estas deben entenderse como parte de una inversión con retorno institucional. “Implica una ‘desatención’ momentánea que debiera luego significar en un aporte al desempeño y en la eficiencia del desarrollo de la actividad de los distintos sectores y servicios”, señaló Wittke. Este tipo de políticas, afirman, deben ser promovidas activamente por las y los responsables de áreas, direcciones y jefaturas. “El comunicado va en este sentido de estimular, justamente que jefes y directores, incorporen esta contribución en la formación y por lo tanto también la mejora de los servicios y el desarrollo personal del funcionariado”, agregó.
Desde que se implementó la medida en 2018, se ha registrado un aumento en la participación del funcionariado en las instancias de formación. Este incremento, si bien fue positivo, también ha generado desafíos en algunos servicios debido a la mayor demanda de horas para capacitación. “Hay una tensión entre la inversión, que implica que algunas tareas queden rezagadas momentáneamente o que el equipo deba recargarse, y el retorno que eso tiene en términos de mejora de los procedimientos y el desempeño”, explicó Perrone.
La situación es particular en servicios que ofrecen atención directa al público donde la ausencia temporal de personal puede impactar en la operativa. Por este motivo, hubo medidas concretas de adecuación institucional, como el traslado del Programa de Culminación de Estudios Secundarios (PROCES) al Hospital de Clínicas, en respuesta a las dificultades logísticas que enfrentaban las y los funcionarios para acceder a estos cursos. “Antes, las dos horas semanales que se les otorgaban por materia, muchas veces se iban en el traslado hasta la EdeG. Al llevar los cursos al Clínicas, esas horas se volvieron útiles para estudiar”, explicó Perrone, quien agregó que la medida buscó efectivizar el derecho a la formación dentro del tiempo laboral.
Tanto Wittke como Perrone insisten en que la formación del funcionariado TAS no debe entenderse como una actividad “opcional” o “periférica”, sino como parte del “núcleo duro de la política universitaria”. “No es sólo un beneficio individual, sino una herramienta clave para mejorar la gestión universitaria en su conjunto”, subrayó el coordinador de EdeG.
La EdeG está trabajando en una trayectoria formativa integral para el funcionariado, que combina cursos técnicos, habilidades blandas y herramientas de gestión. La propuesta apunta a mejorar el desempeño operativo, así como también generar condiciones de crecimiento profesional y personal, así como reconocimiento dentro de la institución. “Es la posibilidad efectiva de formarse, desarrollar capacidades, habilidades, competencias. Es una política realmente muy importante”, concluyó Wittke.
“El desarrollo profesional redunda en motivación, en mejor clima de trabajo, también en crecimiento personal. Entonces es como un círculo virtuoso y que a veces se deja de lado”, afirmó Perrone, quien destacó los avances que está alcanzando la Udelar en esta área.